Profundidad no solo en la sociedad actual, sino también de los efectos sobre la sociedad futura. En las sociedades tradicionales había una armonía entre la naturaleza, la sociedad y el hombre. Había mucho más respeto entre los padres hacia los hijos y los hijos hacia los padres.
Ahora bien, la ciencia trajo consigo la desaparición de este contexto tradicional y una profunda modificación del Ambiente. Los progresos de la ciencia han sido muy rápidos en los países desarrollados; en cambio, en los países subdesarrollados su adquisición es tan lenta. Dicho retraso contribuye a agravar la situación de dependencia de los países “subdesarrollados” con respecto a los “desarrollados”.
El desarrollo alcanzado por los productos informáticos tiende a reemplazar la parte más rutinaria y mecánica de la actividad mental humana por el trabajo de las computadoras. La economía es ahora global y tiene efectos significativos en nuestra vida. No solamente económicos sino sociales. La nueva tecnología crea nuevos productos y más productividad, pero también, crea el desempleo en las regiones menos desarrolladas.
Es evidente que la organización económica y social deberá cambiar totalmente para que este desarrollo conduzca a una mejor distribución de los bienes y a una justicia social. El avance tecnológico puede traer graves consecuencias como el desempleo, la veneración y el sometimiento por parte del humano.
La tecnología y el Medio Ambiente
Por: Rodrigo Villamarin.
Los avances tecnológicos provocan reacciones muchas veces totalmente disimiles, desde quienes plantean un crecimiento sin límites que permitiría a todos nadar en la abundancia, o los que sin ser exageradamente optimistas confían en un futuro promisorio, con un enriquecimiento en la calidad de la vida, resultado de los progresos científico - tecnológicos; hasta los que ven en esos progresos una des humanización del hombre y un futuro sin perspectivas debido entre otras cosas a la degradación del medio ambiente y al agotamiento de los recursos no renovables.
Debemos reconocer que existen problemas muy graves debido a usos incorrectos, inapropiados o simplemente sin control, de determinados desarrollos tecnológicos, pero creemos que la responsabilidad no es de la tecnología, sino más bien de quienes, en un desmedido afán de comodidad, de lucro, de poder, utilizan los recursos tecnológicos sin analizar previamente las consecuencias ecológicas, sociales y humanas que su uso y abuso pueden acarrear.
Recordemos que si bien el hombre a lo largo de su historia trató por todos los medios de superar las barreras que le imponía la naturaleza (por ejemplo construyendo puentes para salvar ríos o precipicios, o barcos para extender su campo de acción), durante siglos acepto sus leyes aún se sometió a sus caprichos sin cuestionar su papel tutelar. Pero todo cambio a causa del espectacular desarrollo de la ciencia y de la tecnología; el hombre pasó a sentirse dueño de la naturaleza y dominar la fue uno de sus objetivos fundamentales. Pero el uso indiscriminado y sin control de su poderío tecnológico está provocando consecuencia de carácter imprevisible, que puede llegar incluso a afectar seriamente su propia existencia. Frente a esta realidad, posiblemente sea necesaria replantear la relación hombre – naturaleza, sobre la base de una mayor reciprocidad.
"El hombre no se siente parte de la naturaleza, sino más bien como una fuerza externa destinada a dominar la y conquistarla". Esta situación debe revertirse y para esto es imperioso una toma de consecuencia de la importancia de la tecnología y de su impacto en el medio ambiente, y la necesidad de que, quienes estén directamente vinculados al tema, lo analicen en profundidad.
Vivimos en un mundo en el que el desarrollo social está muy vinculado al progreso tecnológico y como resultado al desarrollo de la actividad industrial y a todos los problemas ambientales consecuencia de esta actividad. La actividad industrial, "la explotación indiscriminada de los recursos naturales renovables y no renovables, sumadas al desarrollo urbano de las sociedades modernas a determinado un impacto de las actividades humanas sobre los ecosistemas locales, regionales y globales que alcanzan actualmente una gravedad que reclama un replanteo de las relaciones que la humanidad mantiene con el medio ambiente.
Debemos reconocer que existen problemas muy graves debido a usos incorrectos, inapropiados o simplemente sin control, de determinados desarrollos tecnológicos, pero creemos que la responsabilidad no es de la tecnología, sino más bien de quienes, en un desmedido afán de comodidad, de lucro, de poder, utilizan los recursos tecnológicos sin analizar previamente las consecuencias ecológicas, sociales y humanas que su uso y abuso pueden acarrear.
Recordemos que si bien el hombre a lo largo de su historia trató por todos los medios de superar las barreras que le imponía la naturaleza (por ejemplo construyendo puentes para salvar ríos o precipicios, o barcos para extender su campo de acción), durante siglos acepto sus leyes aún se sometió a sus caprichos sin cuestionar su papel tutelar. Pero todo cambio a causa del espectacular desarrollo de la ciencia y de la tecnología; el hombre pasó a sentirse dueño de la naturaleza y dominar la fue uno de sus objetivos fundamentales. Pero el uso indiscriminado y sin control de su poderío tecnológico está provocando consecuencia de carácter imprevisible, que puede llegar incluso a afectar seriamente su propia existencia. Frente a esta realidad, posiblemente sea necesaria replantear la relación hombre – naturaleza, sobre la base de una mayor reciprocidad.
"El hombre no se siente parte de la naturaleza, sino más bien como una fuerza externa destinada a dominar la y conquistarla". Esta situación debe revertirse y para esto es imperioso una toma de consecuencia de la importancia de la tecnología y de su impacto en el medio ambiente, y la necesidad de que, quienes estén directamente vinculados al tema, lo analicen en profundidad.
Vivimos en un mundo en el que el desarrollo social está muy vinculado al progreso tecnológico y como resultado al desarrollo de la actividad industrial y a todos los problemas ambientales consecuencia de esta actividad. La actividad industrial, "la explotación indiscriminada de los recursos naturales renovables y no renovables, sumadas al desarrollo urbano de las sociedades modernas a determinado un impacto de las actividades humanas sobre los ecosistemas locales, regionales y globales que alcanzan actualmente una gravedad que reclama un replanteo de las relaciones que la humanidad mantiene con el medio ambiente.
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